Aquí os subo una portada que hice antes de verano y que fue un reto muy divertido. La temática es políticamente incorrecta y a mi modo de ver se resuelve muy bien, solamente con tipografía. Al hilo de sus perspicaces y en ocasiones incómodos comentarios de temas sociales, políticos, populares y literarios muy diversos, Dalrymple nos muestra las consecuencias perversas que tiene abandonar la lógica en favor del culto a los sentimientos.
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